La palabra disciplina me aburre. Me recuerda a estudiar muchas horas, tener un horario en una agenda amarilla y perder el tiempo viendo el techo. Sin embargo hace unos años me di cuenta que la disciplina es otra cosa. Algo mucho más sencillo y fácil.
Disciplina no es más ni menos que dividir un objetivo en muchas partes y comprometerte a completarlas. Cualquier otra definición que te expliquen, a mi no me convence, y espero que a ti tampoco.
Puede que al principio te sorprenda la definición, pero una vez la oyes por primera vez, todo cambia. Disciplina solo se basa en comprometerte con una causa. Veamos como:
1. Elige el objetivo que quieras. Me da igual lo que quieras conseguir. Una carrera, un caballo, una gran casa o mucho dinero. Elige algo y elígelo bien porque durante un tiempo vas a estar peleando por ello. ¿Ya?.
2. Córtalo en pedazos. Si lo que quieres es perder peso haciendo deporte, y sabes que para eso necesitas 300 horas de gimnasio. Hazlo en pedazos de 1 hora. Eso significa que si te comprometes a completar esos 300 pedazos, conseguirás tu objetivo.
3. Comprométete. Comprométete a completar cada pedazo. Olvídate de que son muchos pedazos y céntrate en hacer de la mejor forma posible el pedazo que te toca ahora. Solo te tiene que centrar en hacerlo bien y que cuando tengas que hacerlo, lo hagas.
4. No te ahogues. Si intentas comer algo en pedazos muy grande, te ahogas, y si es en pedazos muy pequeños, pierdes el tiempo. Con esto es igual. Si intentas hacer demasiado o intentas hacer muy poco, no vas a acabar consiguiéndolo.